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Este retrato de Carlos de Amberes «yncado de rodillas delante de un crucifixio» era propiedad del cronista, archero y notario apostólico Enrique Cock, según consta en el inventario póstumo de sus bienes de 1598 (A. Alvar 1992). La leyenda que figura en la parte inferior debió ser añadida después de la inauguración de la primitiva iglesia ubicada en la calle de San Marcos y esquina con la de San Bartolomé en noviembre de 1607. Con una estética propia de los retratos devocionales de fines del siglo XVI, la silueta del fundador en actitud orante destaca sobre un fondo de celajes y un amplio horizonte montañoso, con una marina y los perfiles de una ciudad amurallada, cuyo carácter impreciso no permite identificarla con lugares vinculados al retratado.
 
Con esta imagen, que se hallaba expuesta en la sala de reuniones del cuerpo bajo de la iglesia, se instaba a cada peregrino al cumplimiento de los fines de su fundación: «que rueguen a Dios por Su Santidad y por el Rey Nuestro Señor, y conservación de sus Estados y exaltación de la Santa Madre Iglesia y Fe Católica, y victoria contra infieles y herejes, y por el ánima de Carlos de Amberes conforme lo pide por su testamento y por todos los bienhechores desta cassa» (Constituciones de 1616).
 
Existe un grabado, con ligeros cambios en el fondo de paisaje urbano, encargado a instancias del conde Frederic van den Steen y reproducido en la relación de Hye Hoys, Fondations pieuses et charitables des marchands flamands en Espagne. Souvenirs de voyages dans la Péninsule Ibérique en 1844 et 1845 (Bruselas, 1882).
 
Préstamos y restauraciones:
Fue prestado a la Exposición Universal de Lieja (1930) con motivo del primer centenario de la independencia de Bélgica, y para el Pabellón belga de la Exposición Universal de Sevilla (1992). La última restauración del lienzo y el marco fue realizada a cargo de Janssen Pharmaceutica en la primavera de 1992.