Los medios de comunicación, como la energía nuclear, son de doble uso, medicinal o bélico, pueden ser sembradores de concordia civil o de antagonismo cainita. Algo similar sucede con la publicidad, que ha sido una ayuda básica para que se financiaran y ha incurrido en la pretensión de ponerlos a su servicio, o con las redes sociales, que multiplican las fuentes de alimentación y ofrecen canales de difusión suplementarios que, careciendo de filtros periodísticos profesionales, facilitan la difusión del odio alentado desde la irresponsabilidad del anonimato.
Además, en ocasiones es muy delgado el hilo que separa la pluralidad benéfica de la polarización contraproducente o el que distingue la legislación necesaria de la censura.
A través de cinco conversaciones entre periodistas, este encuentro pretende analizar el poliedro de las perversiones de las que se debe precaverse la profesión periodística en la actualidad.
Su clausura correrá a cargo de la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Economía, Nadia Calviño.
09:00. – Palabras de bienvenida.
09:30. – Primera conversación. ¿De la tiranía de la publicidad a la del suscriptor?
La crisis económica y las nuevas tecnologías alteraron las condiciones de sostenibilidad de los medios y su modelo de negocio pendiente de definirse. A lo largo de 2020, con la pandemia por medio, algunas de las cabeceras más relevantes de la prensa digital iniciaron una nueva fase: la del cobro por la información, con muros de pago más o menos porosos.
Abandonar la cultura del gratis total con que se había malcriado a la audiencia pretendía la búsqueda de una sostenibilidad necesaria para salir de un sistema viciado. Pero la aportación económica y la presión en favor de los intereses del anunciante que ejercía la publicidad podría quedar residenciada ahora en la audiencia. El pronunciamiento que subscriptor, socio, mecenas o simple espectador, hace sobre una información al manifestar su adhesión o su repulsa altera el ambiente, de manera que el medio en su conjunto, o el periodista a título individual, acabe “toreando de oído” como decía el maestro Pepe Dominguín cuando describía la influencia que ejercía sobre el desarrollo de la faena el favor o la disconformidad del aficionado, cuando premiaba con sus aplausos o sancionaba con sus pitos los lances de la lidia.
10:30. – Segunda conversación. Las redes sociales, ¿canal o medio?: pluralidad y polarización
Las redes sociales han multiplicado el acceso a las fuentes y la inmediatez con la que nos llegan los impactos informativos y han multiplicado las relaciones interpersonales y profesionales. Además, constituyen un canal rápido y novedoso que facilita la difusión de mensajes y cumplen una función determinante en el desencadenamiento de diversos movimientos políticos o sociales. Pero más allá de lo que se ha definido como el “fenómeno democratizador” de las redes, han favorecido las peores prácticas incentivadas por la impunidad y el atrevimiento del anonimato. Así ha cundido la polarización y se ha reducido o anulado el margen de actuación de periodismo, cuya capacidad de filtrar lo que es noticia de lo que es basura, la otorga mayor responsabilidad como verificador de lo que otros ya están publicando.
A ese respecto, como defiende el que fuera director del Washington Post, Marty Baron, en una entrevista publicada en El País, “el mayor desafío al que nos enfrentamos es que, como sociedad, no podemos ponernos de acuerdo en una serie común de verdades”.
Si bien podríamos considerar que la situación mediática en España siempre ha sido propensa a instalarse en y a beneficiarse de la polarización, ese fenómeno parece haberse acrecentado. Surge la duda de si, en un momento en el que los grandes medios pasan de la dependencia de la publicidad a la del suscriptor o de la audiencia, priorizar la captación del usuario, cultivando sus bajezas sectarias, sacrificando el rigor o la pluralidad, afinando la sintonía con todo aquello que los más próximos quieren escuchar o leer y prescindiendo de visiones complementarias que pudieran ser enriquecedoras entraría en una espiral degenerativa. ¿Se trata entonces de una polarización premeditada y lucrativa?, ¿viene a rebufo de la ventolera política o, por el contrario, la incentiva?, ¿es una polarización natural o una inclinación comercial derivada de las ventas?, ¿cuáles son los riesgos de apostar por el antagonismo?, ¿en qué medida contribuyen las redes al fomento de esa polarización?, ¿son un canal de distribución o constituyen un mensaje en sí mismas?, ¿hemos pasado de la neutralidad del cable de telégrafo al posicionamiento del telegrafista?, ¿hasta qué punto están controladas y pueden servir como herramienta de manipulación?, ¿han tomado las redes el relevo de la prensa escrita para marcar la agenda?, ¿qué beneficios añaden para el periodista, para el medio o para el espectador?
11:30. – Tercera conversación. ¿Quién nos protege del protector?
Cumpliendo lo adelantado por la entonces vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, en la inauguración de la XVI jornada nacional de periodismo Coca Cola, celebrada en septiembre de 2018, mediante una orden ministerial del BOE del 5 de noviembre de 2020, el gobierno creó un organismo encargado de vigilar las noticias falsas que circulan principalmente por la red, colocando al frente al secretario de Estado de Comunicación y al jefe del gabinete del presidente. Moncloa se reservó, por tanto, la potestad de decidir qué es verdadero o falso sin que pudiera siquiera consultarse en parte alguna, qué criterios objetivos deberá aplicar.
Sin cuestionar la necesidad de hacer frente a la desinformación, en muchas ocasiones interesada, surge la pregunta de dónde termina la defensa del lector, oyente o espectador y dónde, “por nuestro bien”, empieza la censura. Surge la cuestión de ¿quién nos protege del protector?
12:30. – Cuarta conversación. Periodismo y populismos
El siglo XXI está marcado entre otras cosas por la proliferación de fenómenos populistas. Éstos han sido muy heterogéneos y no son encasillables en una orientación política ni una clase social concreta. Entre los factores comunes encontramos la utilización de mensajes simples y contundentes, la apelación a lo emocional y la búsqueda de un antagonista al que enfrentarse y del que sentirse agraviado. Ese enemigo con frecuencia lo han encontrado en el periodismo. Es el caso de Estados Unidos con Trump pero también es un fenómeno que se ha repetido en distintos países europeos y que ha sido lucrativo tanto para populistas como para los medios que ven aumentar sus audiencias. ¿Qué vínculo guardan periodismo y populismo?, ¿cómo están reaccionando los medios ante ese enfrentamiento?
Una conversación entre:
Anne Applebaum. Periodista y escritora estadounidense.
Ignacio Torreblanca. Director del ECFR y columnista de El Mundo
13:30. – Clausura de la jornada
Nadia Calviño. Vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Economía.